viernes, 29 de abril de 2016

Huertos urbanos

Hola Luchugueros,

Últimamente parece que están proliferando, cual enredadera por la ciudad, los huertos urbanos y estoy intentando contribuir a esta expansión. No podía ser de otro modo siendo yo una Luchuga. El comienzo de esta historia es mucho anterior a la fecha de hoy. Fue allá por el siglo pasado, cuando me compré un cactus. Por si os lo estáis preguntado, murió. Tan pocas atenciones necesitaba que olvidé que lo tenía...

Tras este nefasto comienzo cabría pensar que la jardinería no era lo mío y más si tenemos en cuenta que hubo alguna que otra víctima más a lo largo de los años. Sin embargo,  he podido comprender gracias a ellas que la base es tan sencilla como que las plantas necesitan cierta cantidad de luz, de agua y de tierra, cada una la suya. Fin de los problemas. La verdad es que pocas cosas en la vida se pueden reducir a tan pocos factores y aún así, la dificultad del arte de la jardinería /horticultura/ cultivo de plantas es conocida por el público general. 

Como he dicho, y a pesar de mis primeros traspiés con varias plantas, me estoy creciendo (¡chistaco!) y estoy intentando sembrar algunas plantas comestibles en casa, un triste piso sin terraza, que poco tiene que ver con una casa de campo. 

Todo surgió por casualidad. Haciendo la compra en un gran supermercado vi que vendían productos varios de jardinería, entre los que se encontraba un semillero de rúcula. Decidí que si había conseguido que mis plantas sobreviviesen (ya tengo 3, aunque no me preguntéis sus nombres), podría conseguirlo también con plantas obtenidas desde la siembra; y qué mejor si además esas plantas eran comestibles. Así que me compré el semillero. Traía todo incluído: semillas, tierra, recipiente semillero y una cubierta transparente a modo de invernadero. Además, habían tenido la delicadeza de incluir una hoja de instrucciones para el correcto desarrollo de las plantas. Así que me puse manos a la obra y sembré las semillas.

Ya han germinado y como podéis ver son muchísimas. Debería haber sembrado de forma escalada, pero no ponía nada de eso en las instrucciones y mi único planteamiento inicial fue que si me daban muchas semillas para ese espacio era porque solían germinar pocas semillas. Está claro que no era así. Ahora, según las instrucciones, debería esperar a  que les  broten sus primeras hojas "de verdad" para trasplantarlas. Pero me estoy planteando que si espero tanto quizá me encuentre con que muchas ya se han muerto por falta de espacio. ¡Qué dilema! Si alguien con más idea que yo lee esto y me quiere ilumnar en mi camino hacia la rúcula madura estaré encantada de leer sus comentarios.

Ya os iré informando de cómo continúa el proceso.

¡Saludos luchugueros!


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